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A picar piedra
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Como los entrañables Pedro y Pablo, los clubes de la Liga buscan el sustento en sus canteras, debajo de las piedras. Y los que no tienen un vivero fértil, a vivir de préstamo o buscando oportunidades a coste cero: otro concepto que adquiere vigencia por mor de la coyuntura económica. Es la palabra mágica.
Hace unas semanas el histórico Glasgow Rangers, con 54 títulos de liga en Escocia, cayó a la última categoría profesional producto de un descenso administrativo, consecuencia directa de los 166 millones de euros de deuda acumulada. El conjunto de Ibrox Park tardará, por lo menos, tres años en recuperar la máxima categoría. Hoy es el día que campa su lujoso palmarés por los pequeños campos de la campiña. Los clubes profesionales escoceses decidieron por unanimidad la pérdida de categoría del gigante, “por justicia deportiva”. Es un ejemplo de seriedad y coherencia; de ética e higiene. El fútbol no puede ser ajeno a ninguna circunstancia punible. Todo el mundo ha de asumir sus responsabilidades.
Hace un par de semanas se produjo una polémica verbal sonrojante en los medios de comunicación entre dos dirigentes del fútbol español. El vicepresidente de la patronal, Javier Tebas (verdadero factótum de la LFP; asesor de tantos clubes en la triste Ley Concursal), y el presidente del Atlético Madrid, Enrique Cerezo, avivaban el fuego del desmán futbolístico hispano. Entre los llamados “rebeldes” también hay irresponsables que acumularon despropósitos para llevar a sus clubes a una situación insostenible. SAI: sociedades anónimas impunes. Con los agravios contractuales de televisión y el delirante calendario de horarios en agosto como trasfondo, Cerezo se disfrazó de sindicalista y el vicepresidente de la patronal, abogado de profesión, amenazaba expeditivo: “… Hay que perdonarle, no se entera. No sabe ni lo que su club debe a Hacienda: más de 150 millones”. Lo dice un letrado, vicepresidente de la Liga del Fútbol Profesional ¡¡¡Y no pasa nada!!!
Hace un año el club colchonero fichaba a Radamel Falcao por 45 millones de euros, y, recientemente, el Oporto - equipo vendedor-, denunció incumplimientos en el calendario de pagos. Para hacer frente a esos compromisos económicos, el club rojiblanco se ve obligado a vender jugadores importantes, incluso canteranos prometedores como el central Domínguez, transferido al Borussia Mönchengladbach por 8 millones de euros. Pero en la ribera del Manzanares precisan de más dinero para paliar el desequilibrio financiero.
A falta de liquidez, y con agujeros descomunales, surgen nuevas fórmulas adquisitivas, como los famosos fondos de inversión que salvaron al Real Zaragoza. Nadie, salvo el Real Madrid y el FC Barcelona, puede salir a competir al mercado internacional, desequilibrado de forma artificial por los nuevos ricos. Asomó el Chelsea, en primera instancia, luego el City, más tarde el PSG, ahora aparecen los rusos, y pronto llegarán los chinos. Resultado: en los últimos años, al mismo ritmo que mermaban las cuentas, se ha producido una fuga de cerebros harto significativa: Silva y Mata se fueron en pleno crecimiento sin que nadie pudiera retenerles; Borja Valero y Cazorla han seguido sus pasos. Frutos de la cantera, internacionales reputados, y otrora miembros de la autodenominada “Liga de las Estrellas”. Llegados a este punto, sólo el Real Madrid y el FC Barcelona son capaces de pujar en el mercado por este tipo de futbolistas, jóvenes, de enorme talento y con un presente esplendoroso. Ningún club de la Liga ha competido con la Fiorentina para pujar por Borja Valero, que hace un año costaba 20 millones de euros y doce meses después, por la imperiosa necesidad del Villarreal, se marcha al Calcio por 7 millones de euros. ¿Dónde estaban los clubes de clase media-alta de la autoproclamada “Liga de las estrellas”? Apenas hay posibles.
La distancia estructural entre los dos poderosos y el resto de artistas, consentida por la propia patronal, provoca una brecha insalvable, abriendo una puerta que siempre estuvo ahí, tantas veces despreciada. La formación se convierte ahora en panacea y tabla de salvación.
Un caso paradigmático es el del Celta de Vigo. Hace poco más de un lustro deslumbraba con un equipo estelar: Cáceres, Mazinho, Mostovoi, Karpin, Gustavo López, Revivo… ¿Cuánto valdrían ahora aquellos futbolistas? Después de jugar la Liga de Campeones, el equipo celeste bajó a Segunda y, tras cinco años en el purgatorio, vuelve a Primera, orgulloso de su rica cantera: A Madroa. Hugo Mallo, Roberto Lago, Túñez, Borja Oubiña, Iago Aspas, Toni… valores que quizá en otra tesitura lo tendrían muy difícil, convertidos ahora en tabla de salvación.
Cantera, préstamo y coste cero. Es la realidad de la “Liga de las estrellas”, ahora por detrás de campeonatos como la PremierLeague, Bundesliga o la Superliga rusa en poder adquisitivo medio. Se viene la “Liga de la austeridad y del ajuste”, con el fair-play financiero de la UEFA como azote. Clubes como el Athletic, la Real, Osasuna, Espanyol, el propio Celta, Betis… marcan el camino. Toca remangarse y bajar a la cantera.
Naxari Altuna (periodista) 
@naxaltuna
COMENTARIOS
Name19/10/12 04:15AM
you the in wols