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Ojo de halcón
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- Hablemos de los resortes para la transferencia del conocimiento.
M. Etxarri: “Siempre me he preocupado por la enseñanza, con las metodologías de transferencia, para buscar y evolucionar ese método que mejore el rendimiento del futbolista. Eso es lo que me ha preocupado, sobre todo en los últimos doce años, más que pensar en alinear, entrenar, ejercer como entrenador… Me ha ocupado más la enseñanza de cara al entrenador. Porque después de 23 años dirigiendo, creo que el verdadero talón de Aquiles es CÓMO conseguir esa transferencia de la mejor forma posible. Voy buscando, hablando y analizando con el resto de entrenadores, para llegar a describir conceptos que son independientes de los sistema innerentes al propio juego, con el espacio, la velocidad y el tiempo como base. El objetivo es ser capaz, a través de la observación, de describir conceptos, algunos de aspecto positivo y otros negativo; buscar la forma más fácil de transferirlos, para que lo entiendan los jugadores. Una de las mejores metodologías de enseñanza eran las de Menotti. Recuerdo un libro que escribió hace 25 años. Estimo que a través de frases cortas se pueden transmitir de forma efectiva conceptos que tengan contenido y sirvan como reflexión para el entrenador. Es un buen punto de partida para llegar a conclusiones.
- ¿Cuáles son las herramientas?
“Creo que el fútbol tiene que ser como cualquier otra profesión. Los parámetros de incidencia para un mejor desarrollo de la profesión son diferentes. Partimos de que en el fútbol hay muchos aspectos difíciles de dominar. El resultado es incierto y muchas veces el que juega mejor no gana. Hay parámetros que no son dominables. Pero hay que intentar dominar aquellos que si son dominables. Igual que en cualquier otra profesión, desde la OBSERVACIÓN, el desarrollo de la profesión debe enseñarnos cómo han de ser los planes de enseñanza, para obtener un mejor rendimiento. A partir de la observación hay que hacer PENSANTE al futbolista, para que dé con las soluciones idóneas en cada momento, en vista de los estímulos que recibe en cada momento. Por ello creo que la observación debe ser la base de la creación de los planes de formación del futbolista. El entrenador tiene que ser curioso, constante en el trabajo, intentando la mejora contínua, ser cada vez más observador, conocer todos los detalles que convergen en el fútbol, incluyendo a las personas que lo integran. A veces pienso que, si bajamos el grado de complejidad del análisis, entonces mejor jugar sin entrenador, sin pautas…”.
- ¿Cuáles son las dificultades para que todo fluya?
“El problema de los entrenadores y futbolistas es de cultura. No cultura deportiva, sino cultura de “NECESIDAD DE…”. En cualquier otra profesión nunca se acaba de aprender. Un mecánico, por ejemplo, sigue avanzando e instruyéndose a través de la aplicación de nueva tecnología, etc. Sin embargo, en el fútbol falta esa cultura. Yo tengo frases construídas al efecto. El universitario, cuando termina su carrera, sigue estudiando. Como si constantemente empezara su trabajo. Los futbolistas, sin embargo, cuando llegan a Primera (no todos, aclara), creen que ya han alcanzado la meta, y entonces de lo que se trata es de resistir; cuando lo fundamental consiste en MEJORAR. Siempre debe empezar de nuevo, continuar estudiando. Pero da la impresión de que, una vez pasada la criba en el fútbol-cantera, habiendo sido elegidos, algunos siguen avanzando, pero otros se estancan, porque no han sabido sacar mayor rendimiento”.
(…)
“Los futbolistas han ido aplicando las pautas de los preparadores físicos para ir soportando las exigencias del fútbol profesional. Han ido avanzando en el apartado psicológico, porque la propia competencia te va formando; y en el apartado técnico también van pasando los filtros para llegar. Sin embargo, en la parte táctica, en lo referente al entendimiento y comprensión del juego, es triste ver que la mayor parte de su conocimiento sea AUTODIDACTA, porque ellos mismos se han preocupado. Nosotros, desde nuestra experiencia, al haber pasado por ese vacío, tenemos la responsabilidad de transferir ese conocimiento, para que no pasen tanto tiempo como nosotros en comprender el juego. Ahí hay una deuda. En el fútbol profesional actual es muy difícil llegar al trabajo individualizado, debido a las exigencias de la propia competición”.
- ¿Un trabajo específico para la mejora individual?
“Muchos entrenadores se quejan de la falta de entendimiento del equipo, de coordinación, falta de visión del juego por parte de algunos jugadores, por lagunas de atención o concentración en lugares útiles y estar concentrado en lugares inútiles. Eso que estamos denunciando, será quizá algo que no hemos explicado a tiempo, y más que explicar, haberlo hecho. Todo el mundo cometemos errores allí donde trabajamos a diario, y para el futbolista el propio fútbol se puede convertir en una rutina, en la que si no estás constantemente llamando la atención sobre lo mal que tienes repartidos tus papeles en la oficina, etc… Pasa en todo. Tiene que venir un externo para decirte que ese vaso está mal colocado, o que al lápiz le falta punta. En lo referente a ese vacío, un futbolista campeón de Europa dijo en televisión que él consiguió mejorar porque había tenido un entrenador personal externo. Éste le había hecho ver pequeñas cosas, pequeños detalles que debía mejorar, y así tener más confianza en su rendimiento. Eso que tanto se estila en el deporte individual, trabajar con entrenadores particulares, ¿por qué no en el fútbol? Para que haya una mayor comprensión de las cosas. Si ya está asumido y admitido el entrenador de porteros, también habrá que meter preparadores tácticos, técnicos… Podríamos entonces dedicarnos a trabajos más focalizados, integrados, haciendo hincapié en aquellos errores que como humanos cometemos más a menudo.
Hay una frase muy buena de Alberto Giráldez, “de joven se juega mediante la preparación física y la técnica, y de mayor por medio de la inteligencia y táctica”. Los jugadores son más económicos en el esfuerzo cuando acumulan experiencia. Y es una lástima que los preparadores no hayamos transmitido ese bagaje con anterioridad. El error puede estar en el emisor, pero también en el receptor. Tenemos que reflexionar. Como he puesto en la primera frase del libro: “la metodología de transferencia ha sido, es y será siempre tema de debate”.
- Hay mucha vocación.
“Mucha, mucha. Lo hemos comprobado en los últimos cursos de verano de la UPV. Los asistentes nos piden ampliarlo. Uno marca el punto de partida y los asistentes lo enriquecen y amplían con sus aportaciones. Los entrenadores viejos tenemos que contar nuestra experiencia no para que los demás la cumplan, sino que a partir de ahí piensen; y que las derivadas que puedan surgir (símil matemático) de esa primera transferencia les enriquezca cada vez más. No se trata de copiar lo que yo diga, o lo que diga otro entrenador. Sino que eso te dé pie a reflexionar y sacar tus propias conclusiones. Cuando hablo de conceptos, hablo de los míos, pero digo: “eh, yo no pretendo que sean estos. Porque son cosas que he tomando de otros entrenadores. Lo que sí creo es que son buenos para que, a partir de esa observación del juego, poder describir los aspectos positivos y negativos y luego transferirlos”.
- ¿Cómo orientar la formación de los jóvenes futbolistas?
“Ahora se ha puesto de moda una metodología que consiste en hacer PENSAR a los jugadores desde pequeños, para que ellos mismos busquen soluciones a los problemas tácticos. Es un tema que está sobre la mesa. Una vez explicado la ocupación del espacio, la línea de pase, trayectorias, las compensaciones, los equilibrios… a mí lo que me parece imprescindible es el dominio del balón. Y ahí sí que metería horas hasta los 11-12 años, todo el tiempo máximo que puedan estar con la pelota. Porque la táctica entra por la razón y todo lo que entra por la razón se termina aprendiendo. Yo que tengo fama de táctico, me gusta mucho más la técnica. Entiendo que la evolución de la técnica es mucho más lenta, mucho menos gratificante. Porque hacer mejorar a un jugador técnicamente, en un 90%, depende del propio futbolista. Puedes meter horas, enseñarle la posición corporal, pie de apoyo, etc., pero al final depende del futbolista”.
- ¿Y los entrenamientos?
“No soy amigo de discutir si el entrenamiento debe ser analítico o globalizado; si tiene que ser por separado o globalizado. Porque también lo globalizado tiene que ser analítico. La decisión táctica dependerá de las otras características del jugador: según su psicología, su técnica y su preparación física tomará la decisión táctica. Tendrá en cuenta si es más o menos rápido que el rival, más o menos técnico, si tiene o no miedo, capacidad decisoria... Pero siempre, la situación de todo deportista es táctico-estratégica. Y ponemos al servicio de la inteligencia todo lo que nos rodea. Para pasar la carretera miro a qué velocidad viene el camión, a qué distancia está de mí, y qué velocidad tengo yo para pasar la carretera sin que me pille. Eso es una solución táctica. Dependiendo de mis condiciones, actúo. En el fútbol, el tiempo y el espacio dependen también del rival.
El fútbol, como la vida, es decisión. Esa decisión se toma en función de las componentes que tengas. Y la física no se puede dejar fuera del fútbol. Hay una aplicación de fuerza sobre un objeto, un espacio que recorrer, una velocidad de recorrido, hay una masa que sobrepasar… Pero no podemos subdividir a la persona. Sabemos que es un TODO. Tú tomas una decisión en función de esos estímulos y de tus características. Tendré que buscar espacios libres que me den ventaja con respecto al adversario, en función de mis características”.
- Hablemos de la Real.
“La Real cuenta con un equipo compensado. Tiene que hacer valer un poco más su experiencia. A veces a los futbolistas les falta comportarse como expertos en el campo. No es que sean críos, pero nos falta experiencia. Si en mitad de campo, sobre todo, adquieren mayor oficio, el equipo mejorará. Ya llevan años jugando juntos y tienen que mostrar madurez, ese punto de experiencia. Creo que tienen un buen equipo. En el aspecto ofensivo hace años que no juntaban tan buenos futbolistas técnicamente”.
- Crecer desde mitad de campo.
“Quizá aquí, en general, nos cuesta un poco más en el tema de la maduración. A nosotros, los entrenadores, nos faltaacercamiento para saber transmitir que esos espacios de mitad de campo son imprescindibles. EQUILIBRIO. El equilibrio táctico es una de las cosas más importantes del propio apartado táctico: equilibrio con y sin balón. Incluso cuando estás en inferioridad numérica, tu posición te debe permitir que en esa inferioridad numérica estés más seguro, a pesar de la desventaja en efectivos. Eso es experiencia, y creo que sí se puede transferir. El método resulta feo, porque hay que repasar muchas imágenes, hay que repetir mucho en el campo, y ahí está la duda de si es un vacío nuestro o del futbolista.
- ¿El fútbol es un tema recurrente. Se habla mucho (en general), pero cómo?
“Se habla mucho de fútbol pero no se profundiza. A la gente le aburre hablar de táctica, distancias… Los entrenadores tenemos que ver el fútbol de forma diferente al espectador, como especialistas, como formadores. Esa detección de aciertos y errores nos debe de servir para sacar ventaja, para que los aciertos mejoren nuestro rendimiento y el descenso de los errores también redunde en ese rendimiento. Se tiende a generalizar. No hablamos de cosas observables, de distancias, de lo que ha podido ser. Nos da cierta vergüenza. Al público, quizá, no le interesa que le hablen de superioridades, inferioridades. La gente se focaliza en el balón. Nosotros nos tenemos que fijar más en los detalles. La observación como elemento clave”.
Entrevista: Naxari Altuna (periodista) 
/ @naxaltuna